lunes, 27 de abril de 2009

El Movimiento Sindical Venezolano en la Época de la Mundialización: la Transición del “Punto Fijismo” al “Bolivarianismo”.

Comencemos por definir qué es “punto fijismo” y “bolivarianismo”:
“Punto Fijismo”: Sistema bipartidista dominado por AD y COPEY que comienza luego de la caída de Marcos Pérez Jiménez y termina en 1999 con el gobierno del presidente actual (Hugo Chávez).
“Boliarianismo”: También llamado “Chavismo”, es una tendencia política que comienza con la sanción de la nueva Constitución y el triunfo electoral del “Polo Patriótico”.

Todo se inicia en la década de los ochenta, con la creación de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) como una respuesta ante las desigualdades laborales y la explotación por parte del patrono hacia los empleados que se vivía en el momento y que aún está vigente. Ese era un movimiento sindical que si bien estaba partidizado le hacía propuestas al estado, no era parte de él. Pero el proyecto fracasó porque el movimiento sindical no pudo reorganizarse ni acumular fuerzas para imponer su propuesta.

De aquí que las organizaciones sindicales necesitaron de un líder que tomara el mando y la responsabilidad para enfrentarse a las realidades adversas y lograr un cambio. Pero éstos líderes debían ser escogidos por aquellos trabajadores que formaran parte del sindicato, de forma que se llevara a cabo un proceso democrático para garantizar el acuerdo entre todos los miembros. Este proceso democrático ha sido un poco tortuoso y complicado ya que el Estado ha manifestado numerosos intentos de intervenir abusivamente en las relaciones colectivas, generando como consecuencia una desorganización y declinación del sistema sindical.

Como se puede notar, el Estado es capaz establecer mecanismos de elección directa, secreta y universal de representantes de los trabajadores en sus propios órganos, por ejemplo, en una comisión para determinar concertadamente el salario mínimo, porque éste es un órgano del propio estado, pero aunque el actual gobierno ha intentado brindar apoyo a los grupos sindicales, éstos no han podido llegar a un acuerdo gracias a las diferencias ideológicas que se presentan entre ambos creando una barrera que impide la armonía y concordancia entre las actividades que dichos entes quisieran llevar a cabo.

La respuesta radica en una relación Estado – Sindicato en la que ambas partes puedan sacar provecho de esta interacción, y se brinden apoyo mutuo para lograr una mejoría en las condiciones laborales actuales que sufren los trabajadores debido a las distintas desigualdades que se viven hoy en día en la industria.

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