martes, 7 de julio de 2009

La Lógica de la Academia y las Contradicciones con la Lógica del Poder. El Caso Venezolano y la Revolución Bolivariana.

El actual gobierno venezolano parece inclinado a no admitir otros espacios excepto los que defina como de su interés. En el caso de la relación del poder con el académico el primero aspira, obviamente, a ocupar el segundo, considerando que en un proceso revolucionario, una imagen que no existe constitucionalmente en Venezuela, debe ocupar todos los espacios posibles, porque su destino es, precisamente, salvar el mundo, y para ello no puede aceptar que haya discrepancias ni contradicciones.

Con esta meta trazada, salvar el mundo ideando una nueva postura doctrinaria, el socialismo del siglo XXI daña las posibilidades de la independencia y autonomía académica: o se está con el socialismo o se está con el capitalismo y el imperialismo, lo cual representa una obsesión del actual gobernante venezolano, electo para una función pero que presta otra completamente distinta a aquella que le permitió ganar, supuestamente, en forma limpia y transparente unas elecciones en donde los venezolanos le confiaron el gobierno nacional.

Muchos venezolanos sienten actualmente una enorme frustración porque el voto por una sucesión democrática parece haberse transformado en un mesianismo de un gobernante que aspira hacerlo en forma indefinida. Esto habrá de afectar mucho a la Academia pues si este pronóstico ocurre, habrá sólo una Academia sujeta, atada y maniatada, como en otros países en donde esto sucede, como en aquellos, precisamente, de los cuales Venezuela es ahora socio temporal, esto es, países en donde el espacio del poder ocupa aquel de la Academia y ésta, de hecho, deja de existir, en su función institucional.

Es probable que la lógica de la Academia tenga capacidad y posibilidades de funcionamiento en la medida en que el Gobierno, el poder, y la Academia, mantengan espacios separados. Pero, cuando ambos se articulan, voluntariamente o bajo presiones de fuerza, como ocurre con los procesos supuestamente revolucionarios que tienden al control, más que a la regulación, entonces la Academia sufre efectos negativos.

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